La cueva tenía pinta de ser acogedora. Pensamos que estaría bien pasar la noche y programar una excursión para el día siguiente.
Aunque no contábamos con la aparición de dragones y escorpiones en mitad de la noche, que se acercaron a nosotras. ¡No tuvimos alternativa!.
Nos echamos a correr sin mirar atrás y por suerte los despistamos
Llegamos a una explanada, llena de flores de lo más peculiar, setas hermosas y mariposas divertidas. Estaba amaneciendo, el sol asomaba en el horizonte.
¡Eso si que era MUY BUENA SEÑAL!.
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